Ayer, por la tarde, cuando vine de tomar buchuelos con chocolate; estaba tirado en el cuarto sin saber que hacer, no me apetecía sentarme en el ordenador, la tele no la veo en casa desde hace año y medio, y no tenía ganas de seguir con la guitarra ( llevaba todo el día con ella.).
Entonces, me acordé de « Al Nordeste de Arzew»; lo tenía en casa dando tumbos por diversos cuartos, en el salón, en la salita, en mi cuarto.... algunas veces lo miraba, lo ojeaba, pero nunca lo empezaba, no tenia ganas, me faltaba la motivación.
No te miento, si te digo que hace como 4 años o más, que no leo un cómic o cojo un libro de narrativa... no me apetece.
Sé que alguna vez, me preguntaste, que me había parecido, si lo había leído ya,.... y te decía que no, no lo había hecho; y tampoco me apetecía leérmelo por compromiso, porque seguro que no hubiera podido disfrutar de su lectura, se sus historias.... sólo para darte una pronta respuesta.
Ayer me pasó, como no me pasaba hace años, estar harto de todo, y lo que más necesitaba era coger un cómic y poner la música a toda ostia. En fin, desconectar como antes.
Lo leí de un tirón, terminé a las 23:05, a falta del «conflicto histórico», que hize seguidamente.
Me llevó 3 horas, lo sé porque me puse 2 cintas de 90 minutos. Durante el transcurso de la lectura sonaron los Sex Pistols ( el never mind the bollocks y el flogging a dead horse) y de relleno, estaban: los Dead Kennedys, Vibrators y Stranglers.
En la segunda cinta, sonaron los Business, Red Alert y los Partisans. ¡ Que bien me lo pasé!.
He disfrutado como hace tiempo que no hacia; me he emocionado.... de pensar en los lazos que unen a las personas, en nuestros miedos, a la incertidumbre, las cosas que dejamos atrás, la incomprensión, a los cambios, al olvido....
Y a la vez me ha resultado emocionante, como todo lo que hace que la vida te parezca una aventura, llena de aromas, experiencias y desafíos. Cuando todo está por hacer, el descubrir cosas nuevas, a compartirlas.
Sin duda, me quedo con Djilali.
Para mí, el personaje más complejo, seguro que amaba su tierra, que anhelaba su libertad; pero detestaba la demencia humana, lo que le gustaban eran las personas.
Ha sido como leer a Hugo Pratt; tanto visual como narrativamente.
En que la historia, podía haber sido contada por cualquiera de sus personajes, ya que todos, se encuentran condicionados por su cultura, su etnia, los sucesos políticos y como no, la delimitación geográfica, que tanto influye en nuestras costumbres.... haciéndome que pasara las hojas del viejo atlas, para situarme mejor.... como hacía con Corto Maltés. Que me preguntara por lo hechos y por la historia, que motivaron el desenlace, con la sorpresa de encontrarme un apéndice histórico.
Son ya, las 02: 32, cuando termino de expresarlo todo, sigo en el mismo estado de excitación, en la urgencia de escribirlo. Ahora viene el... como ordenarlo todo y como decirlo.
De voz y si no es el momento, es difícil.
Escribirlo, es más complejo, y siempre puedes no enviarlo.
Cuantas veces hacemos las cosas, o las pensamos, pero nunca llegan a sus destinatarios.
Si lo pospusiese, se me haría más difícil de retomar, de recuperar los mismos aromas y sentimientos. Como cuando nos distanciamos de las cosas, que acabamos quitándole la esencia, muchas veces para que no nos hagan daño. Seguramente no lo hubiera hecho.
Cuando llegué a la página 87, estuve tentado de parar, ordenar ideas, releer alguna parte, o fijarme mejor en algunas viñetas; como la última viñeta de la página 10, cuando los niños se zambullen en el agua, me encanta el efecto que has hecho de la luz al penetrar en el agua y como los envuelve... posponer la lectura para el día siguiente o para otro, volver a sentir la «necesidad» de cogerlo y continuar la historia, pero creo que tampoco lo hubiera hecho.
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P.D.
Ya ves, Paco. Hacía mucho que no me ponía a escribir sobre algo y sentir esa «necesidad» de hacerlo.
Eso sí... cuando nos veamos ya me puedes invitar a una copa, que todo esto, me ha dado SED.
Un abrazo a toda la familia.
Ovidio.
Ovidio tiene nombre de poeta romano, y habría disfrutado viviendo aquella época.
Es un viejo conocido y amigo, hombre amable y sonriente, solitario vocacional y sociable compulsivo con amigos en cualquier rincón. Desde hace veinte años compartimos ensayos, conciertos y grabaciones punks; nos conocimos en una radio pirata, siendo el técnico de sonido, y es una de esas personas que siempre te alegra el día. Quizás en eso se parezca a Djilali, el personaje por el que siente más empatía. Y estoy de acuerdo cuando dice que esta historia se podría haber contado desde el punto de vista de otros personajes, y quizás el más interesante hubiera sido el de Djilali, pues es el que se parte en dos y tiene que escoger, el resto no tienen más remedio que alinearse con uno de los frentes en que se rompe Argelia.
Como Djilali, Ovidio es el mejor amigo de sus amigos, y tranquilos, dice lo que piensa...
